sábado, 25 de marzo de 2017

El deporte brinda en ocasiones historias discretas, tan peculiares como humanas, dignas de ser contadas. Tal es el caso de la iniciativa “Tirillas, gente corriente”, un grupo de amigos a los que acabó uniendo el mundo del running y las carreras populares como un reto de superación para, partiendo de ser meros aficionados que sufrían para acabar un 5.000, llegar a completar maratones como Oporto, Sevilla o A Coruña.

“TIRILLAS”, GENTE CORRIENTE

Atleta de los "Tiirillas" con una de sus camisetas
“Tirillas, gente corriente” es un iniciativa de los hermanos Andrés y Miguel Sueiro (Dena), que hicieron piña con José Cereijo, Miguel Taboada (ambos de Sanxenxo) y Paco Costa (O Grove) para disfrutar juntos del mundo de las populares. “Todo empezó por el año 2004 -recuerda Andrés Sueiro- en que cada cual practicaba su deporte, que en ningún caso era el atletismo, y que, cuando nos juntábamos para jugar una pachanga, nos metíamos con José Cereijo porque siempre estaba renqueante, diciéndole por su endeblez que parecía un tirillas”. “Por aquella -continúa- nos propusimos entonces como reto participar en una prueba de running, tipo yinkana, que era la Asics Eternal que se organizaba en Pontevedra. Lo hicimos y acabamos todos, medio lesionados, con tanto problemas físicos que nos reímos de nosotros mismos diciéndonos que, en realidad, todos éramos como Cereijo, unos tirrillas.” “Fue de así -explica- que nació el nombre y empezó nuestra afición a participar en las carreras populares en grupo, con camisetas propias de diseñaba Miguel y donde rezaba un logo con el lema Tirillas, gente corriente, porque eso éramos”.

Grupo de "Los Tirillas" en la Vig-Bay, 2011

Maratones de Oporto y Sevilla
Lo que se propusieron a partir de ahí fue una historia de superación personal. “Tratamos de ponernos retos -apunta Miguel Sueiro- demostrándonos como, partiendo de cero y siendo meros aficionados, gente corriente como rezaba el lema, a los que les costaba acabar un 5.000, ponernos a entrenar juntos, por nosotros mismos, y acabar corriendo medias maratones e incluso maratones míticas como Oporto o Sevilla, haciendo bueno el dicho de que el que quiere, puede”. Maratones como el que A Coruña que incluso, alguno como Andrés Sueiro, acabó completando en 2016 con una digna marca de 2 horas y 55 minutos, o la Vig-Bay (años 2008, 2009 y 2010), fueron otros de los retos que el quinteto afrontó “logrando acabarla los cinco”, así como en su día la “Maralba”.

Los Tirillas al término de la Carreira Popular de Meaño'2014
Logros personales
A ello cabe añadir, con el tiempo, otros logros personales como el de Miguel Taboada, un “tirillas” que acabó ganando dos años consecutivos la milla urbana de Sanxenxo en su categoría de veteranos, o el de Paco Costas, “tirillas” que se acabó como tercer clasificado del campeonato gallego de canicross en Padrón en el año 2010.
La presencia del grupo en las carreras populares de la comarca ha sido estampa habitual en la última década, a la que daban colorido con sus camisetas, divulgando además su iniciativa a través de la red con un blog propio y vídeos de sus carreras subidos a youtube. Cierto que Andrés Sueiro reconoce “la Popular de Meaño fue siempre la madre de todas la carreras”. “Meaño -explica- fue la primera popular que corrimos juntos como Tirillas, y desde entonces ha sido una cita fija en el calendario,”. De hecho ambos hermanos, en más de una ocasión, se hicieron con el trofeo al primer clasificado de municipio en esta prueba considerada, por tradición y participación, una de las clásicas por excelencia de las populares gallegas. “Tanto para Miguel como para mí -afirma Andrés Sueiro-, como meañeses que somos, es todo un orgullo poder presumir en nuestro concello de una carrera que desde hace años se ha convertido en una referencia, hasta el punto de que siempre que cruzo la línea de meta me asoma la emoción de lo fantástica que es la experiencia de correr aquí cada año”.

Foto de familia en la Vig-Bay 2011
Pervive el espíritu
Tanto caló la iniciativa en el grupo que, por un momento, barajaron la posibilidad de organizarse en club de atletismo. “Lo llegó a proponer Paco Costa -apunta Andrés Sueiro-, pero al final, por unas cosas o por otras, lo fuimos aplazando, y hoy ya cada cual con familia e hijos… ya no tenemos tiempo, incluso apenas sí para entrenar juntos”. “Si acaso -añade- nos sigue ilusionando de cuando en vez participar y transmitir ahora nuestros hijos el espíritu de continuar ellos la saga de los Tirillas, en su afán por ser, ellos también como tantos otros gente corriente haciendo running”.


sábado, 18 de marzo de 2017

*** Opinión
Ruborícense, por favor

Entregarse abertamente á información a través das redes sociais sempre entraña un risco, do cal non se libra nin a política municipal meañesa dun tempo a esta parte. Un paseo ocasional por algunhas desas canles, que tamén empregan as diversas forzas políticas locais, da vértigo. Vértigo, de ver como nas súas páxinas, travestida de información, deslizan a sua particular propaganda. Vértigo, de comprobar hasta que límite pode o informante censurar ou tratar de manipular a información, tomada prestada dos medios de comunicación, para retorcela de xeito consciente en beneficio propio.

Un ten visto nesas páxinas como os recortes de xornais sobre Meaño que se insertan, co pretexto de informar, son ás veces sesgados intencionadamente, non colgando en ocasións aqueles que poden resultar “adversos”, ou amputando noutros casos paráfragos ou partes da información que non interesa divulgar. Todo isto, metido no medio doutros extractos, que si se serven como información veraz e que se editan completos, sobre todo aqueles referentes ao ámbito social, humano ou cultural… outra cousa é cando tocan o ámbito político. En fin: isto si, isto non; corto aquí, pego alí; destaco isto, oculto aquelo… Vellas formas de actuar de censores doutros tempos.

Díranme que esas páxinas dos partidos políticos nas redes sociais son para iso, para publicitarse. Ben certo. Pero que logo sexa precisamente esa xente, que promove este xeito de actuar, a que, desde a súa consabida militancia política, trate de dar leccións de ética e moral tachando aos demáis -que non andamos nese xardín-, de estar pro ou contra, de ir con uns ou con outros, en función de onde sople o vento ese día… En fin, cando menos, ruborícense, por favor.



sábado, 11 de marzo de 2017

conversas.com 
Francisco "Queco" Fresco Camaño
Del balonmano a la poesía

Alma máter del balonmano grovense Queco Fresco es una de las caras más conocidas del deporte meco. Tras una trayectoria de años vinculado al Rasoeiro y a la propia Federación Gallega de Balonmano, ahora, a sus 57 años, irrumpe en una versión más personal para dar a conocer una de sus facetas íntimas, que no es otra que el mundo de la poesía que cultiva desde siempre. Este pasado viernes, 10 de marzo, presentaba “Escarbando bajo las horas brujas”, su primer libro de poemas, a modo de antología de años de creación literaria que fue creciendo a cada paso en cuadernos personales, tanto que muy pocos -apenas sí los más cercanos- conocían de su pasión por el mundillo poético. Hoy le abrimos nuestro particular Ventanuco, trayendo hasta aquí una entrevista realizada en los días previos, y recordando su vinculación con Meaño por cuanto él estuvo unido a los orígenes del balonmano en este concello, cuando a inicios de los 80 dirigía las primeras sesiones de entrenamiento de un grupo de jóvenes emplazados a jugar contra los juveniles de todo un Teucro para presentar este deporte a sus convecinos. Pero en esta ocasión la cita no es para hablar de deporte, sino de poesía.

“LA POESÍA ES UN ESCARBAR CONSTANTE EN LAS HORAS BRUJAS

El entrenador, y ahora poeta, Queco Fresco
Después de toda una vida dedicada al balonmano ¿cómo acaba asomando su vena de poeta?
La verdad es que la poesía ha sido una pasión que tuve de siempre, desde que era un chaval y empecé escribir mis primeros poemas con apenas 11 años. Pero no es menos cierto que era una faceta desconocida para la gente, apenas sí sabían de ella los más íntimos. Y, la verdad, es que choca cuando ahora la descubren, tanto gente en mi profesión, que soy técnico electrónico, como del mundo de balonmano.
¿Cuánto tiempo maquinando esta publicación?
Mucho. Lo que ocurre es que todo el balonmano acaparaba todo el tiempo en mi vida: en el Rasoeiro fui entrenador, coordinador técnico, directivo y hasta presidente… Incluso fui árbitro un tiempo. Y fue así que los poemas que iba escribiendo iban quedando dormidos en cuadernos. Por dos momentos me animaron a publicar, y estuve a punto de hacerlo, pero por unas cosas o por otras lo pospuse.
¿Cuándo fueron esos dos momentos?
El primero, a inicios de los años 90, cuando por medio de normalización lingüística estuve a punto, pero cuando vi la maqueta con los poemas traducidos al gallego, porque yo los había concebido castellano, no me convenció, y lo aparqué. El segundo, en 1996, ocasión para la que incluso Fernando Salgado me había escrito el prólogo… pero otra vez el balonmano copó mi tiempo y lo volví a aplazar es espera de una mejor ocasión.

Fernado Salgado, Queco Fresco, y José Luis Teófilo en la presentación del libro
¿Y por qué ahora?
Porque la gente cercana me seguía animando, y más aún a través de un grupo de poesía que habíamos creado en O Grove. Ahora, siento que estoy en un momento de mi vida más tranquilo, más sosegado, con más tiempo, no tan volcado en al balonmano… y por ello entendí que era el momento. Lo hago de la mano de Teófilo Comunicación en la edición y respetando, palabra por palabra, aquel mismo prólogo de Fernando Salgado en 1996, pero añadiendo algunos otros poemas que fui creando desde entonces.
¿Cuándo, donde y como será el acto de presentación?
Será el día 10 de marzo, será en la “Sala das Cunchas” del ayuntamiento de O Grove, a modo de recital poético, incorporando la música y la voz de Carolina Rubirosa, en un acto que presentará Fernando Salgado y con presencia mucha gente cercana.
¿Por qué el título “Escarbando bajo las horas brujas” para esta antología?
Porque, en realidad, la creación poética para mí ha sido, y es, un escarbar constante en esa hora bruja, que es la noche, en que te evades de todo: del trabajo, del balonmano… y te quedas a solas contigo mismo, es como desnudarse ante el papel. Pero tengo otra particularidad, que apenas sí he contado: voy siempre a todas partes con un bolígrafo y un papel, tengo libretas en todos los rincones, mismo en el trabajo, porque una idea, un verso… aflora en cualquier momento, y cuando brota debes estar ahí para aprehenderlo.

Carolina Rubirosa cantando durante el acto de presentación
El libro cuenta con una portada, que no sé si definir como impactante, inquietante o profunda… pero que también se concibió en la familia ¿no?
Sí, fue mi hijo Borja, que es diseñador gráfico quien la hizo. La verdad es que primero había diseñada otra, con la que llevábamos ya unos años, pero no le acababa de convencer, y acabó creando esta que le llenaba más, a mí me pareció excelente, y la cambiamos justo una semana antes de enviar el libro a la editorial.
¿Cuántos poemas en el libro?
Unos 140, concebidos a lo largo de años… desde la década de los 70 hasta hoy.
¿Y con qué temática se va encontrar el lector?
De todo un poco, pero son todos ellos poemas intimistas, con verso libre, donde afloran multitud de sentimientos: amor, desamor, soledad, sentimientos encontrados, reflexiones sobre la vida misma...
Joaquín Sabina decía que hay buenas canciones de amor, pero aquellas realmente buenas son las de desamor. A la vista de sus poemas, ¿comparte la opinión?
Totalmente, porque el sentimiento de desamor es más profundo y te rasga más por dentro, y ese es el momento creativo, es la oportunidad de desahogarte escribiendo lo que sientes justo en ese instante.

Queco Fresco posa con su libro al término del acto
Para el que quiera encontrar algún avance de sus poemas puede hacerlo ya en la red ¿no?
Sí hay muchos subidos a youtube de mano de un proyecto que llamamos, “un poema, una voz”, donde, con la inestimable colaboración de Francisco Pérez “Katelo”, hemos ido grabando varios de mis poemas con voces de gente anónima y amateur… incluso el último que subimos me lo enviaron hace apenas unos días desde Tenerife: grabado y con montaje musical incluido, listo para subir a la red. También hemos organizado tres recitales poéticos en O Grove que han tenido una excelente acogida. Todo esto me ha animado y me sigue animando en la faceta creativa y a publicarlo ahora.
“Plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro” dice una frase célebre. ¿Siente que con este libro completa un círculo?
En mi caso sí. Pero espero que no sea el último, de hecho tengo otro más en proyecto, también de poesía, e incluso alguno más que me gustaría, pero ya en otro ámbito.

El autor firmando uno de los ejemplares
¿En cuál si puede saberse?
 En el plano didáctico de balonmano. Lo tengo escrito y está ahí, esperando a salir un día a la luz. Es un libro de balonmano base, escrito a partir de mi experiencia de muchos años como formador, y que versa no sólo sobre el método, sino sobre la psicología de cómo llegar al niño en el aspecto emocional a través de este deporte. Lo tengo ahí, pero preciso de colaboradores, correctores… quizás un día.
No puede acabar sin preguntarle por sus poetas de cabeceras a la hora de lectura
En poesía leo todo cuanto cae en mis manos, a veces sin importarme ni el autor, pero últimamente estoy muy enganchado a los poetas jóvenes como Diego Ojeda, Marwan, Elvira Sastre… Son gente que me encanta. Y los clásicos, que siempre están ahí: Rosalía, Benedetti, Gabriel Celaya. De hecho el acto de presentación arrancará con un poema de Celaya, musicado en su día por Paco Ibáñez, titulado “La poesía es un arma cargada de futuro”.


Escoita a Carolina Rubirosa cantando un poema do libro de Queco Fresco no acto de presentación. Para elo pincha no seguinte enlace


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NOTA: Los interesados en adquirir "Escarbando entre las horas brujas" pueden hacerlo en las librerías  de O Grove, en "Folllas Novas" en Santiago, o bien poniéndose en contacto con el autor -con el que puedes inter-relacional y comentar los poemas- a través de de la dirección correo electrónico quecofresco@gmail.com

POETÍZATE: Para abrir boca aquí os dejamos dos de sus poemas. 
Para escucharlos pincha el los iconos de "play"













sábado, 4 de marzo de 2017

conversas.com 
Ignacio Varela Camiña
35 años como director del Coro de Xil

Meaño cuenta en la actualidad con cinco pequeños coros parroquiales, la mayoría surgidos en los años 80 y que mantienen su actividad gracias a la dedicación altruista de sus integrantes. Prueba de ello es la entrega de nuestro protagonista, Ignacio Varela, el director más veterano y que más años lleva al frente de una de estas agrupaciones, en su caso el coro de Xil, que él mismo contribuyó a crear y que dirige desde hace 35 anos. A sus 73 entiende que el final de su etapa de director está próximo “porque son muchos años y todo cansa” e incluso reconoce que tiene ya fecha. No obstante, se muestra convencido de que el coro puede continuar “porque en la zona hay gente preparada para asumir la dirección” y, de hecho, alienta a la formación a ello.

EL FINAL DE MI ETAPA COMO DIRECTOR DEL CORO DE XIL TIENE FECHA, PERO NO LA DIGO”

Ignacio Varela en su casa de Xil
Aunque director del coro de Xil durante 35 años su relación con la música viene de mucho más atrás ¿no?
Sí, me inicié con 12 o 13 años aprendiendo a tocar el acordeón. Empecé a estudiarlo hacia 1955-56 con un maestro de Cambados, que se llamaba, y se llama porque todavía vive hoy, Ángel Losada. Todas las tardes dos muchachos de aquí de Meaño, que éramos Pablo Dovalo y yo, recorríamos casi 10 kilómetros en bicicleta hasta Cambados para recibir clases en su escuela de música.
¿Y cómo se le dio por este instrumento? 
De aquella, estoy hablando de los años 50, era muy habitual de las orquestas. Recuerdo que mi primer acordeón se lo compré a Poceiro, el mismo que dio nombre a la aquella mítica orquesta, y que era un lutier porque los fabricaba él mismo. Me costó unas 8.000 pesetas de aquel tiempo.
Y con él dio el salto al mundo de la orquesta.
Sí, de hecho empecé a tocar en la orquesta Galicia, una pequeña formación que había aquí en Meaño. Luego estuve en otras: Nueva Vera Cruz, Crazy Kray… En los primeros años con el acordeón, pero luego acabé en el órgano, toda vez que el acordeón acabó desplazado por él en las orquestas. Hoy he vuelto al acordeón junto con Pablo Dovalo en la formación Rías Baixas, o bien tocando a dúo con él. Es algo que sigo haciendo porque siempre ha sido mi gran pasión.
El coro de Xil estuvo ligado a usted desde siempre. ¿Cuándo y cómo se formó este coro?
Hace años, estoy hablando de inicios de los años 80 del siglo pasado, había en Xil un cura que se llamaba Manuel Cornes que, cada Nochebuena, organizaba a un grupo de gente para cantar villancicos en la misa del gallo que él oficiaba a medianoche. Un día me citó en la iglesia… Fue una media encerrona, porque allí me estaba esperando con un grupo muchachas. Me animó para que me pusiera al armonio, él empezó a dirigir y nos soltamos a cantar allí mismo. Así empezó todo. El cura dirigió aquel coro en los primeros años mientras que yo tocaba, pero, con el tiempo, me convenció para que asumiera también la dirección. Y desde entonces hasta hoy.

Otra imagen de nuestro protagonista
Y 35 años sin percibir nada por su dedicación.
Sí, siempre ha sido por amor al arte… y a Xil (sonríe).
¿Cuántas voces componen este coro de Xil?
Somos pocos… apenas 20 personas. A lo largo de los años hubo gente que se acabó yendo y otros viniendo, como suele ocurrir es este tipo de agrupaciones, pero se mantienen todavía siete u ocho de aquellos que empezaron hace 35 años.
¿Cuál es la edad media de los coristas?
Cuando empezamos éramos jóvenes, pero ahora la edad media debe rondar los 65 años.
¿Y cuánto tiempo dedican a ensayos?
Poco. Ensayamos un día a la semana, que es el martes, en la casa de cultura. La sesión dura una hora… no más, enseguida empiezan a sonar las alarmas de los teléfonos: que si uno tiene que tomar el sintrom, que otro pincharse por la diabetes… (risas) los años no perdonan.
¿El final de su carrera como director del coro de Xil tiene fecha?
Sí, y está pronta. No la digo, pero sí tiene fecha… Todo cansa, y lo mío como director del coro de Xil ya son años. En el acordeón no, ahí seguiré mientras los dedos me obedezcan.
¿Barajó el haberlo dejado antes?
Sí, pero me daba pena porque si lo dejaba sentía que el coro podía disolverse.
¿Y no teme que eso ocurra ahora?
Ahora no tiene por qué.
¿Ve que existe la posibilidad de encontrar un nuevo director?
Dentro del coro no, pero por fuera sí hay gente de la que se puede echar mano para que el coro siga adelante, y es lo que deseo.
El municipio de Meaño cuenta desde hace años con cinco pequeños coros parroquiales. ¿Nunca existió un movimiento para aunarlos y formar una buena masa coral?
No, que yo sepa. Y sería bueno que lo hubiera. Mismo aquí cerca, en Meis, tienen también varios coros, pero se pusieron de acuerdo a nivel ayuntamiento para integrar una gran coral con las mejores voces.

Ignacio Camiña dirigiendo el Coro de Xil en el último Festival de Panxoliñas de Meaño
¿Y que sería necesario para que Meaño siguiera ese ejemplo?
Que aparezca un director con ilusión que se atreva a impulsarlo. Y también sería bueno contar con una instalación adecuada para albergar cada año un certamen o un festival de buenas corales, que podía atraer a gente y despertar de paso la pasión de algunos por sumarse a este mundillo del canto coral.
¿Por qué la gente joven no se suma a estos coros?
Porque supone mucho trabajo y no está pagado, es pura afición, no más. La gente joven hoy tiene otras preferencias.
¿Y cómo se gestiona por dentro un coro parroquial pequeño, como este de Xil?
Con mucha dedicación por parte de la gente, porque las actuaciones y el dinero que se cobra por cantar un misa, que lo que más salidas nos supone, es muy poco. Incluso en algunos festivales de habaneras a los que tenemos acudido la participación en altruista. Luego está algo de dinero por parte del concello por actuar en el festival de villancicos, algún año de la Diputación… Es poco y lo que se hace con ese dinero es generar algo de fondos que dan para comprar o renovar trajes, hacer alguna comida al año y poco más.